"Que a mi no me hace falta poner candaditos en Roma para jurarte que te quiero"
En un año he visto la muerte, no de frente, si no al lado. Y por horrible que parezca y sea, he aprendido más de lo que cualquiera de vosotros aprenderéis en mucho tiempo. He podido temblar sintiendo su mirada en mi nuca, su respiración en mi cuello, he querido desde dentro y con el alma, he luchado por lo que creí que merecía. Por primera vez, me he equivocado y he sentido que tenía tanto tiempo para rectificar, tantas oportunidades, que no habría sido lógico malgastar minutos de mi vida no siendo feliz. He llegado a perdonar de corazón y a deshacerme del pudor a la hora de hablar. Decidí no seguir soportando a todos los que me dijeron "no puedes con ello". He gritado de rabia e impotencia. He llorado de felicidad. He hecho más de mil planes de futuro. No he crecido. Me han y he decepcionado, aunque no me lo hayan dicho. Me he decepcionado incluso a mi misma. También me he sorprendido, y espero haber sorprendido a los demás también. Se me ha pasado por la cabeza lo de aceptar que mis padres por una vez tengan razón, y estos sean los mejores años de mi vida. He sentido verdadero pánico por no aprovecharlos como me gustaría. He tenido miedo de no ser feliz, a pesar de haberlo sido siempre. He sentido en lo más profundo el título de este blog, sabiendo así que son las palabras más sabias que de momento he escuchado. Supongo que son años de madurar.. Y que a pesar de negarme, lo he hecho. Eso lo tengo claro.
Esta entrada: I N C R E Í B L E !
ResponderEliminarPásate por mi blog : www.rainsandrains.blogspot.com
Un besaso L.