Sigo mirando a cada instante mi teléfono móvil, por si tengo noticias de ti, se me olvida constantemente que nada es lo de siempre, ni tú, ni yo, ni si quiera mi móvil es el de siempre. ¿Sabes? Soy tan tonta que lo que más me jodió de perder el móvil fué perder los mensajes, los más de 70 toques por mes, porque sí, echo de menos nuestros toques a las tres y media de la madrugada, o cuando me llamabas para despertarme por la mañana, aunque solo fuera para que me acordara de ti. Nuestros mensajes inolvidables que en realidad solo escribía yo porque nunca tenías saldo, siempre creando códigos para contestarme con toques: "Si te doy un toque es sí, si te doy dos es no, si te doy tres es que estoy ocupado y si te doy cuatro es que te echo de menos, que me llames". Son tonterías, cosas que si las hiciera con cualquier otra persona no sería nada, pero contigo, eran un mundo. Ni imaginas como duele sentirme como una vieja dicendo eso de "Que felices éramos.." Éramos. Que mal suena. Éramos, porque ya no somos nada. Ahora toca empezar de cero. Que difícil es borrarlo todo, olvidar todo lo que has sentido, a ese alguien por quien lo has hecho.. Tan difícil que dudo realmente que algún día lo consiga. Parece tan improbable como que algún día deje de quererte.. Aunque siempre has querido verme bien y me has abierto los ojos a los problemas, desde que te conozco nunca he pensado en tirar la toalla a la primera, me enseñaste que no todo el mundo me va a querer tanto como papá y que si quiero algo tengo que conseguirlo, tengo que luchar por ello, pero llevo mucho tiempo intentando que las cosas salgan bien, perseverancia no es precisamente una carencia cuando hablas de mi, lo he intentado todo, ni se te ocurra ponerlo en duda, pero como persona que aunque a veces no parezca que sea, soy, yo también me canso, y llego a mis límites. No te puedo prometer que vaya a estar bien, porque sé con certeza que me costará levantar la cabeza, pero el tiempo es el único capaz de arreglar todo lo que el mismo ha cambiado.. Acuérdate, te quiero.
