lunes, noviembre 15, 2010

Lunes, 15 de Noviembre del 2010


Deberíamos querer en medidad de lo que nos quieren, sufrir en medida del sufrimiento que causamos y perdonar en medida de lo que la gente está dispuesta a cambiar. Por la misma regla, estaría bien que olvidáramos a las personas con la facilidad que ellos nos olvidan, y deberíamos necesitar más a quien más nos necesita. Llorar por quien más le duela que lo hagamos, y sentir pena por quien más se arrepienta. Deberíamos dar más a quien menos quiere, y preocuparnos por quien pretende lo contrario. Tal vez, el mundo sería mejor lugar si creyeramos a las personas por lo que cuentan sus ojos, no sus palabras, si gastaramos el dinero en ayudar y ofrecer lo que tenemos a las personas de aquí, de carne y hueso, que sienten y padecen, aquellas que de verdad tienen hambre, en lugar de dárselo a alguien que tal vez ni exista. Seríamos mejores personas si tuvieramos la virtud de abrir la mente y entender. Seguramente, todo nos iría mejor si escucháramos más a la gente, pero tomáramos siempre las decisiones por nosotros mismos. Ahorraríamos comidas de cabeza si en lugar de dudar, actuáramos, arriesgando siempre. Pero se ve que no, no os diría nada nuevo si dijera que el mundo es un lugar complicado, aunque quizás todo esto tenga un porque.. Tal vez esto nos haga personas.