Lunes, 21 de marzo del 2011

Ellas son mi continua mamada

Hay quien dice que la vida es una mierda. Sin embargo, yo tengo mis propias comparaciones. La vida es como una polla española. Corta y a menudo dura. Con alguna mamada ocasional. Mucha gente se cruza en tu camino, y de la misma forma efímera que llegan se marchan, otra mucha te deja una pequeña huella que con el paso del tiempo y sin demasiado esfuerzo, se olvida, pero hay otras personas que pasan y se quedan, si no para siempre al menos sí por mucho tiempo, te endulzan la vida y te acompañan hasta cuando prefieres estar sola. Hay personas que incluso pueden cambiarte la vida, haciéndotela más amena, compartiendo tus momentos, tus triunfos, tus sonrisas. Te hacen mejor persona. Y empiezas a preguntarte como el resto del mundo puede vivir sin sentirse vacío sin haberlas conocido. Pero yo, únicamente soy una persona más. Por lo tanto no puedo daros soluciones para todos los problemas que tengáis, de echo no se me da demasiado bien eso de dar consejos, yo misma la cago una vez tras otra, ni tengo respuestas para todas vuestras indecisiones o temores, pero puedo escucharos por aburrido o tonto que sea y buscarlas junto a vosotras. No puedo cambiar vuestro pasado ni vuestro futuro, sin embargo puedo llenar vuestro presente de risas y cuando me necesiteis, estaré allí, como aunque quizás no lo haya conseguido, he intentado. No puedo evitar que os equivoqueis, pues es parte de la vida, ni que tropeceis, pues posiblemente yo os haya tirado, pero sí puedo hacer como Michael y Akon y ofeceros mi mano para que os levanteis. Vuestras alegrías, vuestros triunfos y éxitos, no son míos, pero los disfruto como si lo fueran si os hacen felices. No juzgaré las decisiones que tomeis, por difícil que me resulte, esté de acuerdo o no me limitaré a apoyaros y ayudaros si ésta no fue la correcta. No puedo evitar vuestros sufrimientos, pero sí hacerlos más leves, menos duraderos y hacer que los olvideis aunque sea por momentos. No puedo deciros quién sois, ni quién deberíais ser.. Solamente puedo quereros como sois, con vuestras escasas neuronas, vuestras abundantes ganas de seguir, y vuestras constantes gilipolleces, más o menos como siempre he echo y como, posiblemente, quiera o no, siga haciendo por mucho tiempo más. Haceis que pueda reirme de todas aquellas que afirman tener amigas.