He dejado de hacer mil cosas sólo por hablar contigo, he renunciado a derechos sólo por tenerte cerca, he ocupado mi mente sólo en pensar en ti, porque bien sabes que me ha resutado imposible dejar de hacerlo, he soportado juegos, cambios de humor, y aunque a cualquier otra persona no se los hubiera aguantado, a ti si, he cambiado todos lo que de mi no te gustaba, cosa que por nadie he echo, y he sido capaz de hacer hasta las cosas más rastreras, cosas que juré nunca hacer, únicamente por ti. Pero todo, absolutamente todo tiene un límite. Y aunque sea pequeña, inmadura, inocente y fácil de manejar, escucha bien lo que te digo: Nadie espera para siempre. Y por primera vez en mi vida, voy a seguir las reglas.
