Las cosas no son para siempre, al igual que las personas, los lugares, o los sentimientos, todo cambia, tiene que cambiar, y si no cambia es porque hace tiempo que ya no es nada. El problema es que no somos capaces de entender lo que la vida realmente nos quiere decir. Pensamos que ésta es una mierda, que se sufre, que no te da lo que quieres e incluso te lo quita, que agota los sentimientos, nos hace olvidar tonterías y nos prohibe olvidar lo que nos duele, nos deja solos, y crea personas horribles.. Sólo lo entendemos, cuando estamos a punto de irnos. Entonces, nos damos cuenta. Lo único que recuerdas, son momentos felices. Y lo único de lo que aprendes, son de los momentos duros. Y en ese momento, solo dos cosas son las que podemos reclamarle a esta vida: Que nos habrá parecido demasiado corta, y que a veces tenemos tanto miedo a perder lo que tenemos, que preferimos no arriesgarlo. Estamos tan obcecados con aquello que no tenemos, que no nos damos cuenta de que en realidad, nos sobra con todo aquello que sí.. La muy puta nos hace entrar en razón cuando ya es tarde para que lo disfrutemos.
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